Fuente del Avellano
Por la razón que sea, ocurre a veces que un lugar concentra los ingredientes emocionales del lugar donde vives. A la Fuente del Avellano se llega tras un corto paseo siguiendo el curso del río Darro; y estando tan cerca de la ciudad, uno se encuentra en plena naturaleza observando en la ladera de enfrente el barrio del Sacromonte granadino, y a lo lejos, el Albaicín. Junto al río, una estrecha banda de cultivo ocupa los fértiles suelos de vega.
A este lugar acudían para sus tertulias escritores e intelectuales de finales del s. XIX y principios del XX, como Ángel Ganivet, Falla e incluso un joven Lorca. No sólo de arte vive el hombre, y así se cuenta que no eran pocas las tertulias de Ganivet y Rusiñol junto a la fuente, mediadas por el orujo en garrafas.
Aquí comencé a conocer las plantas, y de este lugar recolecté la mayoría de los ejemplares para el herbario. Ha cambiado mucho desde entonces: se ha acondicionado el camino y la fuente, y con el tiempo, los vándalos también se han hecho notar.
Tan cerca, y hace casi veinte años que no pisaba este entorno.
Por la razón que sea, ocurre a veces que un lugar concentra los ingredientes emocionales del lugar donde vives. A la Fuente del Avellano se llega tras un corto paseo siguiendo el curso del río Darro; y estando tan cerca de la ciudad, uno se encuentra en plena naturaleza observando en la ladera de enfrente el barrio del Sacromonte granadino, y a lo lejos, el Albaicín. Junto al río, una estrecha banda de cultivo ocupa los fértiles suelos de vega.
A este lugar acudían para sus tertulias escritores e intelectuales de finales del s. XIX y principios del XX, como Ángel Ganivet, Falla e incluso un joven Lorca. No sólo de arte vive el hombre, y así se cuenta que no eran pocas las tertulias de Ganivet y Rusiñol junto a la fuente, mediadas por el orujo en garrafas.
Aquí comencé a conocer las plantas, y de este lugar recolecté la mayoría de los ejemplares para el herbario. Ha cambiado mucho desde entonces: se ha acondicionado el camino y la fuente, y con el tiempo, los vándalos también se han hecho notar.
Tan cerca, y hace casi veinte años que no pisaba este entorno.
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