Cuando el alma habré
su puerta, y se esconde,
un secreto un dolor,
ese es la leyenda,
del moro chico,
que lo traicionó su honor.
Despojado de sus vestiduras
mas ricas y potentes,
todo lo que el , había labrado
con trabajo y sudor,
su pena hecha llanto,
derramadas en lo surtidores, de
su alhambra.
Que tendría que dejar,
con pena y dolor,
su castillo embrujado
nos dejo, y dice
la leyenda, que su alma,
en ella quedo,
cada noche sale,
a sus jardines a contemplar la luna,
y escuchar el agua,
brotando de las fuentes,
con cantos de pájaros,
cantando una canción,
de amor y dolor.
La luna se esconde,
en la Torre la Vela,
para velar su llanto
y su dolor.
Triste amanecer para este rey,
que chico lo llamaban cariñosamente,
Boabdil era su nombre,
y tubo que perder, Granada,
con el mas triste dolor.
Por no saber defenderla con honor,
su madre al lado de el,
lo ayuda a sobrellevar tanto dolor,
en el suspiro del moro, dijo su
ultimo adiós,
sus ojos entristecidos,
ha perdido su tesoro
mas preciado,
lo que tanto le costo,
y llora desesperado
por no saber defender
lo que tanto amo,
llora como mujer,
dice su madre,
ya que no has sabido defenderla,
pues tu pena en Granada quedo,
llorando desconsolado
piensa y medita,
mi corazón en la fuente de los leones
allí quedo,
para quien me recuerde con cariño
y comprención,
Yo hoy mi rey favorito,
desde niña te he soñado, y admirado como si el tiempo,
no hubiese pasado,
cuanta pena en tu rostro,
la tragedia en tus venas se nota,
la sangre derramada por tu sufrimiento,
y tu dolor, y en estos versos que te escribo yo,
son para darte mi homenaje,
por dejarnos la tierra mas bonita del mundo,
maravillosa en sus puesta de sol,
en ella va reflejada tu cara,
tu persona, y todo tu interior,
y te fuiste a destinos oscuros,
a llorar en un rincón,
tu madre Fatima,
su pañuelo da a tus manos,
para secarte tus lágrimas dese speradas,
de un hombre, derrotado por el sufrimiento,
y el dolor.
Siempre seras mi rey soñado,
para mi seras siempre bien recordado,
como hombre bondadoso, que sabia
perder, con valentía , y reconocer su error,
ser débil desde que nació,
pero en la alhambra se escucha tu lamento,
cada noche, y llegas hasta los rincones del albaycin,
porque mi rey tu no te has ido de aqui.
domingo, 29 de marzo de 2009
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