Niebla ingrávida y viajera
en el mágico escenario del paisaje,
y oscuras cintas de asfalto
que van a ninguna parte.
Frescor salvaje del agua
en las fuentes cantarinas,
mezcolanza de culturas
latiendo en la piedra viva.
Cimas nevadas
en el azul de las sierras,
y olivares polvorientos
amarrados en la tierra.
Balcones abiertos
de jazmín y azahar,
patios sombríos
en ardiente soledad.
Horizontes infinitos
entre la bruma,
y olas que pintan la arena
de sal y espuma.
Granada: jardín y jungla
de embriagadores contrastes.
Granada: ciudad de ensueño
¿ por qué muero al recordarte ?
lunes, 30 de marzo de 2009
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