martes, 27 de octubre de 2009

GRANADA SUS OCHO SIGLOS DE DIVERSIDAD




La Alhambra te despierta los sentidos. Fundamentalmente la vista, pero no sólo. Te deslumbra la riqueza del Patio del Cuarto Dorado, te incitan a curiosear las elaboradas esquinas a modo de colmena invertida de la Sala de los Abencerrajes, te deja con la boca abierta, muda, la cúpula de mocárabes de la Sala de las Dos Hermanas, te alegra el corazón la algarabía de colores de paredes, suelos, columnas de la Sala de las Camas, en el Baño Real. El reflejo en el agua de los arcos del Patio de los Arrayanes te hace creerte en un sueño y la música armoniosa que las fuentes tocan en casi cada rincón del palacio acompaña el espejismo. Uno pasea allí dentro como si estuviera a un palmo del suelo, en otro nivel de cognición física. Belleza, belleza, belleza entra por cada poro de tu ser, a través de la sutil humedad del valioso elemento líquido tan bien distribuido en un lugar tan sediento.
“Dale limosna mujer,que no hay en la vida nadacomo la pena de serciego en Granada”
Y que verdad es. Esta poesía refleja perfectamente lo que uno siente cuando se encuentra en la Alhambra. Es anónima e ilustra la segunda edición del club Everest de uno de los libros del escritor norteamericano Washington Irving (1783-1859) “Cuentos de la Alhambra”. Irving fue embajador en España, tuvo la gran suerte de vivir en un palacio digno de ser una de las siete maravillas del mundo y se enamoró, como no podía ser de otra manera. Sus bellos relato ambientados en la alhambra ,comienzan hablando de un viajero al que el pais que está descubriendo sorprende y encanta. Acaban con su marcha del palacio hacia otros destinos, sintiéndose hermanado con Boabdil, el último rey árabe, el día que tuvo que hacer lo mismo hacia el exilio.La Alhambra es casi una ciudad en miniatura, un conjunto de palacios, fortalezas y jardines (en esta visita virtual han reproducido una visión general exterior del complejo incluyendo el Generalife y Albaicín) se construyeron entre los siglos XIII y XIV, bajo el reinado de la dinastía nazarí. Se comenzó en 1239, bajo el reinado de Mohamed ben al-Hamar, que decidió transladar el palacio del Albaicín a la colina Roja, donde existían unas fortificaciones en desuso. Las torres defensivas, las murallas y la alcazaba son las dependencias más antiguas de la Alhambra. Todo, en medio de una colina adornada de bosques, cuya visión desde el mirador del barrio del Albaicín, es una visita obligada para quien quiera presumir de conocer la ciudad.
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Los cristianos llamaron nazaritas a los que los granadinos conocían como alhamares, descendientes de al-Hamar, o mejor dicho Mohamed ben Yusur ben Nazar. El arte nazarí representa el último período del arte árabe dentro de la península ibérica. Se caracteriza por la continua búsqueda de la belleza y la armonía, utilizando para ello arcos no funcionales sino decorativos, yeserías, artesonados de yeso o de madera ricamente labrados, decoraciones vegetales o caligráficas, pabellones sostenidos por finas columnas, los arabescos, los mosaicos, el agua y las plantas como un elemento más de la decoración.
Se entra en el palacio por el mexuar, lugar antiguamente dedicado a tribunal de justicia y administración, que comunica con el patio de Comares o de los Arrayanes, eje central del palacio.Al otro lado del patio, se encuentra la sala de la Barca. El palacio oficial, diwan, se completa con un baño donde era posible calentar el agua, hacer saunas, contenía salas para las abluciones frías y también para descansar tumbado después del masaje.
El conocidísimo patio de los Leones es el núcleo del harim, verdadera casa de la familia real.Cuando uno sale de allí, no puede ver nada más. El Generalife hay que dejarlo para otro día. Hace falta tiempo para asimilar la Alhambra, una artesanía tan compleja, una provocación tan efusiva, un sonido que se te mete en el alma y no quiere abandonarla.
Dice la leyenda que El Generalinfe ,fue construido por un rey moro a cuyo hijo habían vaticinado al nacer toda una serie de desgracias por su natural tendencia a la pasión y por eso fue concebido con altas murallas (el Generalife, no el niño), para tener al joven estudiando en su interior deleitándose serenamente con sus jardines, pero ajeno al amor que reinaba en el resto del mundo. Washington Irving cuenta magistralmente la historia.La zona que corresponde a la actual Granada formó parte del Reino Visigodo de Toledo hasta que en el 711 Táriq, general bereber que lideró la invasión musulmana de la Península Ibérica en el siglo VIII conquistando la Hispania visigoda, según la historiografía tradicionalmente admitida, basada en crónicas árabes de los siglos X y XI, sometió Iliberis (Elvira, lo que después se llamó Albaicín y Alcazaba. Granata, que era entonces más una barriada que una población autónoma, y que se alzaba en la frontera de la Alcazaba de Iliberis, compartía asentamiento con Iliberis). Granada se convirtió en un importante centro urbano de al-Ándalus y formó parte del Califato de Córdoba.Ya desde el siglo XIII se la describía como ciudad de conocimiento y de gran belleza. Al-Basit hablaba de Granada en estos términos: «Es lugar de reunión de personajes ilustres, de poetas, de científicos, de artistas; están en ella los mejores hombres de nuestro tiempo».Granada se convirtió en una de las ciudades más prósperas de Europa y llegó a contar, durante el siglo XV, con 165.000 habitantes por lo que era la ciudad más poblada de Europa. Bajo el reinado de Al-Hamar se construyó el Palacio de la Alhambra y en el siglo XIV Yusuf I y Mohamed V le donaron de la suntuosidad y belleza características del último periodo de arte nazarí en la península, lo convirtieron en lo que hoy en día es: una explosión de artesanía que despierta los sentidos.Como muestra transcibimos una parte de una de las tantas poesia poegráficas que están esculpidas en las paredes de la Alhambra: Poema de la taza de los leones
«Bendito sea Aquél que otorgó al iman Mohamedlas bellas ideas para engalanar sus mansiones.Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillasque Dios ha hecho incomparables en su hermosura,y una escultura de perlas de transparente claridad,cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?Plata fundida corre entre las perlas,a las que semeja belleza alba y pura.En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,sin que sepamos cuál de ambos se desliza.¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,pero sus caños la esconden enseguida?Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,lágrimas que esconde por miedo a un delator.
Forma parte también del Patrimonio de la Humanidad, junto con la Alhambra y el Generalife el barrio Albaicín, que con sus calles estrechas aún mantiene la trama urbana del periodo nazarí, en una intrincada red que se extiende desde la parte más alta hasta el curso del Río Darro y de la calle Elvira, que se encuentran en Plaza Nueva.El tipo tradicional de vivienda es el carmen, compuesto por una casa exenta rodeada por un alto muro que la separa de la calle y que incluye un pequeño huerto o jardín.Fue característico de dicho barrio durante la dominación árabe la canalización y distribución del agua potable a través de aljibes ; en total se han podido constatar unos 28; de los cuales, una gran mayoría siguen aún en uso. Como vemos la preocupación por el elemental líquido es una constante en la cultura árabe. El más importante de los aljibes musulmanes en Granada es el Aljibe del Rey, con más de 300 m3 de capacidad y cuatro naves. En la actualidad su bóveda queda dentro del llamado Carmen del Aljibe del Rey.
Desde el barrio Albaicín nos paramos a observar en silencio algo inolvidable: el atardecer sobre la Alhambra decorado con el zig zag de formas de Sierra Nevada. Se te corta el aliento de la belleza que la naturaleza y la mano del hombre unidas han conseguido modelar.
Y ahora toca a nosotros irnos de Granada, cual Boabdil o Irving.

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